lunes, 1 de abril de 2019

FALLA INFANTIL CONVENTO JERUSALÉN-MATEMÁTICO MARZAL (10)

FALLAS DE VALENCIA 2.019

"CUENTOS A LA VALENCIANA"


2º Premio Sección Especial Fallas Municipales
1er Premio Ingenio y Gracia
Artista: José Gallego Gallego


Repite la misma posición que el año pasado.


Durante unas obras en un solar de la calle Convento de Jerusalén se descubrieron unos restos que en un principio parecía ser una estancia del antiguo convento que daba nombre a la calle. Todo indicaba que se trataba de una sala de estudio o biblioteca.

Poca cosa se va a encontrar: sólo el pavimento y parte de las paredes, pero al limpiar y documentar el hallazgo para catalogarlo se produjo un giro inesperado al encontrar en unos de sus muros un pequeño nicho con un antiguo libro de cuentos y fábulas escritos en valenciano y ricamente ilustrado.
Muchos de los cuentos y fábulas que allí se recogían recorrieron más tarde Europa y se hicieron populares con la versión de los autores centroeuropeos.





El Dulçainer de Russafín
(El dulzainero de Russafín)

Cuando los valencianos vivían dentro de sus murallas y sólo se podía entrar por una de sus cuatro puertas -Serranos, Quart, Del Mar y San Vicente- con la aglomeración de la población y la gran cantidad de basura apareció una plaga de rata y ratones.

Un día, un chico bien parecido entró por la puerta de San Vicente en dirección al Ayuntamiento. Venía de alguna de las alquerías de Russafín situadas al sur de la ciudad. Iba vestido con un traje de labrador de la huerta y una manta morellana de la mejor lana de los Puertos
 abrigaba su garganta del frescor de las primeras horas de la mañana.

Se llamaba Vicente aunque todos lo conocían por su oficio y procedencia: "El Dolçainer de Russafin"






Bernardino y el botijo maravilloso

Va a encontrar un botijo maravillosos y al quitarle el polvo de el salió un gran señor azul que le concedió tres deseos. Va a pedir felicidad, alegría y buen humor.
Desde entonces Bernardino vive en Valencia y es fallero de la Falla Convento Jerusalén,




La bruja Madiuxa


Cuento basado en el libro de Enric LLuch Girbés -Algemesí 1.949- escrito en lengua valenciana y que cuenta la historia de una bruja que no deja de meterse en líos.




Ampadeus y la manzana

Cerca del 19 de marzo la cuadrilla de los niños recogedores vuelven del bancal de recoger las últimas mandarinas Ortanique, una de las variedades más tardía.

Los niños eran recogedores especializados de todas las variedades de mandarinas ya que sus pequeñas manos se acoplan perfectamente a la medida de esos cítricos.




el sastre valiente

Va a superar todas las pruebas cosiendo y triunfando y le va a hace a la Reina en mejor vestido que podría imaginar.




Pinotxo

Pinocho explicaba que aquel arroz con cosas era una paella valenciana mientras su nariz crecía, crecía...




Gulliverd

Va a crecer tanto aquel pueblo que no cabía dentro de sí. Rebosaba... llevándose por delante todo. 
Comenzó a consumir la huerta poco a poco y aparecieron ellos, pequeñitos, trabajadores, todos a una voz, gente del campo, gente de bien que querían un Gulli-Verd.




el Geperudet del Micalet
(el jorobado del Miguelete)


La Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia, es conocida como "La Cheperudeta -la Jorobada-" y aquí, el artista juega con este hecho y lo asocia al jorobado de Notre Dame que, en este caso, es la torre "Micalet"

Ramonet era un chiquillo huérfano que se va a criar y hacer su vida en lo más alto del Micalet.
Sus padres debían ser moros que van a vivir en la antigua Balensiya, que es como se conocía a Valencia en aquellos tiempos, por lo que todo el mundo lo conocía como Ramonet el "Quasi-Moro".

Quasi-Moro nunca bajaba de lo más alto del campanario de la Seo ya que los capellanes que le cuidaban tenían miedo de que la gente se burlara de él y le hicieran "bulling" a causa de la malformación que le hacía caminar encorvado y tener chepa.